Etapa 05. Ciudad Rodrigo - Gallegos de Argañán (16,8 Km)

De nuevo madrugón. Desayunamos en la habitación del hostal y salimos con las previsiones del tiempo similares a días anteriores. Atravesamos la ciudad amurallada, a esa hora totalmente desierta, y aprovecho para sacar dinero para los días siguientes en un cajero automático. Me enoja enormemente pagar un 4% de comisión a mi banco por hacer lo mismo en cualquier cajero de Portugal.
Salimos por la puerta de Santiago y cruzamos el puente Mayor sobre el río Agueda. Atrás quedaba Ciudad Rodrigo con la vista del Parador Nacional de Turismo dominando la ciudadela.


Giramos a la derecha y transitamos por la antigua carretera que llega hasta Gallegos de Argañán, que los primeros 2 kilómetros está asfaltada y luego pasa a ser de tierra y rodeados de nuevo por grandes extensiones de pastizal para el ganado bovino.


Es una etapa corta, sin grandes desniveles, ni tampoco poblaciones intermedias. De todos modos decidimos no llenar una de las botellas y restar un kilo y medio a las mochilas. Las sandalias de trecking, que calzaba con calcetines, resultaron muy cómodas y llevaba los pies muy aireados.


Después de pasar por la finca Manzanillo, cruzamos la vía del tren por un paso a nivel sin barrera y seguimos por la pista de tierra durante varios kilómetros hasta llegar al puente sobre el Rivera de Azaba en donde paramos para descansar y reponer fuerzas a la sombra de unos arbustos en la orilla del cauce seco del río. Bueno, no estaba realmente seco, tenía agua pero estancada.


Continuamos la marcha. A partir de aquí, tan solo nos quedaban 4 kilómetros hasta Gallegos de Argañán, que se recorren tranquilamente en una hora. Algunos peregrinos continúan hasta la siguiente población, Aldea del Obispo, para en la siguiente etapa llegar hasta Trancoso, acortando una etapa a la ruta. Nosotros decidimos quedar en Gallegos para descansar y llegar al día siguiente a la bonita población portuguesa de Almeida.
Sobre las 11 de la mañana, tras coronar una pequeña loma, divisamos a lo lejos Gallegos de Argañán.


Una vez en el pueblo preguntamos por el concejal Eusebio Morán y nos indicaron cual era su casa. Llamamos a la puerta y su mujer nos dijo que estaba en una reunión en Ciudad Rodrigo y que regresaba sobre la 1 de la tarde, por lo que decidimos ir al bar La Fuente a esperar.
Nos reunimos más tarde en la Plaza Mayor y nos llevó hasta una casa cercana propiedad del ayuntamiento.


No había camas ni colchones, pero no nos importó. Extendimos las esterillas y los sacos de dormir en el parquet y disfrutamos de una ducha fría que nos alivió el calor acumulado durante la jornada.
Comimos en el bar de las piscinas municipales, a las que volvimos después de la siesta para bañarnos y relajar los músculos de las piernas.
Cenamos unas tapas en el bar La Fuente y antes de las 10 ya estábamos durmiendo.

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