Etapa 07. Almeida - Pinhel (21,7 Km)

Ayer pasamos un día estupendo en Almeida. Nos acostamos algo tarde, a las 12 de la noche hora portuguesa. Pero mi despertador seguía rigiéndose por la hora española, por lo que dormimos poco más de 4 horas.
Hay un dicho poular que dice "noches alegres, mañanas tristes".
Nos levantamos con la cabeza embotada y algo perjudicados, y para colmo, nos olvidamos de comprar leche. Así que le metimos al estomago unas barritas de cereales, recogimos todo y salimos del cuartel anhelando un café con leche. Nos cruzamos con gente que volvían a sus casas después de la fiesta, llegamos hasta las puertas de São Francisco por las que salimos, y seguimos de frente por carretera, para en kilómetro y medio desviarnos a a la izquierda por una pista de tierra que en descenso nos llevaría hasta el río Cóa.


Nuestras cabezas se iban recuperando, pero nuestros estómagos nos reclamaban a gritos algo calentito.
Después de atravesar la carretera, descendemos un poco más y llegamos hasta el río Cóa que atravesamos por su Ponte Grande.


Ahora tocaba recuperar lo descendido. primero por una pista paralela a la carretera que después se desvía y nos lleva por un camino empedrado. Al final del ascenso tomamos una ancha pista de tierra que nos lleva cómodamente durante 2 kilómetros hasta el Ponte de Gaiteiros. 


El día amaneció con algunas nubes altas, que junto con el humo de los incendios que azotaron el norte de Portugal esos días, teñían los amaneceres y atardeceres de color rojizo.
Agradecimos en esta jornada las nubes que por momentos nos tapaban del sol directo y que nos acompañaron todo el día.
Llegamos a Ponte de Gaiteiros después de pasar por pequeños bosques de coníferas y enormes peñascos graníticos.


Poco después, entramos en la población de Valverde, en donde llenamos las botellas en una fuente e hicimos un pequeño descanso.
Seguimos por pista de tierra hasta alcanzar la carretera N-324, que bordeamos primero y después recorremos un pequeño tramo, para desviarnos a la izquierda por una pista que nos lleva en descenso hasta la población de Pereiro.


En todo este tramo nos encontramos rodeados por unas curiosas gramíneas, algunas más altas que nosotros. También nos encontramos un temeroso perro que nos siguió un buen tramo desde la carretera, para luego adelantarnos y hacer de guía hasta Pereiro, en donde lo perdimos de vista.

Entramos en el bar São Cristovão y pedimos dos cafés con leche grandes. Pasamos a la contigua tienda del bar a comprar unos doces (dulces) y conversamos con Maria Julieta, que más tarde nos acompañó durante nuestro tardío desayuno con una agradable tertulia.

Dejamos Pereiro por una pista que nos lleva hasta la orilla del río Ribeira das Cabras, que recorremos durante varios kilómetros hasta cruzarlo antes de ascender a Pinhel.


Después del ascenso. llegamos a Pinhel pasando entre la Adega Cooperativa y el convento de Santo António. Buscamos el residencial Skylab y nos alojamos. Después de ducharnos bajamos a comer y después subimos de nuevo tomamos una larga siesta para recuperar sueño y descansar.
Sobre las 7 salimos a dar un paseo y visitar un poco la ciudad.



Una hora más tarde fuimos a comprar leche y doces para el desayuno y después a cenar.
Subimos a la habitación y sobre las 10 y media ya estábamos durmiendo de nuevo.

Comentarios